Culpable de seguir tu rastro...
Culpable de no serme fiel....
Culpable por no quererme...
Como puede mi corazón aguantar tanto....
Tic- Tac..., replica una y otra vez, y cada pálpito es punzante, quejumbroso,
como un viejo reloj cuyas manecillas intentan avanzar pero ya no pueden...
Somos lágrimas de tierra....
Libertad atada por las manos, cegada por la codicia, callada por el lamento....
Sentarnos y esperar no es válido, sólo brota la hierba bajo nuestros pies...
Caminar contra corriente nos hace más fuertes y cautos...
Somos las páginas de un libro universal que nunca se edita...Sólo pasa el tiempo, limitando nuestra existencia, sin embargo, el anhelo siempre existe luchado bajo el barro...
Si la amenaza de tu vida está en tu cabeza, explora ese universo de tintes grises y rompe con la estructura del miedo....Lucha incansablemente contra todo aquello que te bloquea y disminuye el tiempo de espera....Una vez tengas asignado tu espacio no dejes que nadie lo destruya, no dejes que imaginen por ti....No vivas la vida de otros...El esquema es sencillo: déjate llevar, ilusiónate...., y si el monstruo de la monotonía llega, no le abras la puerta de tu alma o caerás ante sus fauces...
La existencia sin voluntad propia es una marioneta con cuerdas atadas a tu cuello...
La nana que yo canto, me arrulla en mi tejado....
A veces soy princesa, a veces soy soldado...
Porque la nana que yo canto es un sueño colapsado,
que tal vez no se produzca porque espero demasiado.
Por ello, esta nana que de un frasco la he sacado,
se expande por el mundo para llegar a tus brazos y decirte desde lejos:
“Canta esta nana y llévala en tu regazo, para que no sea un sueño olvidado”.
Me duele de ti hasta la pena que siento....
Fuiste compañera eterna en mis viajes hacia el conocimiento...
A veces sosegada, a veces un infierno....pero siempre a la deriva contigo mis pensamientos...
Hoy te pido que me devuelvas lo que no siento, ilusión, afecto y apego....
Que tus brazos hoy me envuelvan y me den refugio eterno....
El mar....Mi mar me llama y ya no siento miedo....
Música....Acordes lejanos....sellados los ojos y atados al eco...
Tintineo de musas, alivio en el pecho....
Un susurro se escurre entre tus dedos al viento...
Inclinación suave del cuerpo, movimiento etéreo...
Y la música te sigue solaz con anhelo....No se acaba, te atrapa e insiste en hacerte palpitar desde sus paralelos...
La música de tu vida te sigue hasta el cielo...
A veces te entierra en el subsuelo y otras se disfraza de recuerdos....
La música de tu vida ayuna en tu silencio....
No la apagues que te lleva al destierro...
Que triste la vida del payaso aquél que se preocupa en hacer milagros, cuando su propia vida es puro teatro....
Que triste la vida de mi payaso, sonríe atentamente mientras su alma está en llanto. Sonrisa abierta, labios sellados, premura de movimiento, devoción en sus manos y destreza adquirida por los años... ¿Cuánto más debe ocultarlo?....
¿Y tu payaso?...¿A qué juega tu payaso?...
Aunque el sueño es llegar,
¿por qué me desvío en elipsis?...
Penas sangrantes,
silencios turbulentos,
tardes agónicas que se acercan a tu piel sin palparte y,
yo siempre aquí aullando tu encuentro...
En rojas vestiduras como niña de cuento,
desconfío de mi sombra sin alterar mi descenso y es que....
mi sombra me cuenta otros anhelos, por ello el camino es largo y turbulento, se desvía una y otra vez y no te encuentro....Pero inspirada como alma atada, lucho por seguir,
hasta que mis pies rompan el suelo.....
A cámara lenta..... Agitaba alas de espíritu celeste con plumas de bruma...
Una y otra vez se formaba el viento índigo como una evocación...
Su sonido era suave, nítido, templado como una caricia y ella bailaba siguiendo su estela, apresurada para no perder el ritmo de sus alas....
Sonrisa eterna, lazos de terciopelo se lían con su cabello y nada cubre su cuerpo, liberada danza de nuevo, esta vez me mira y me dice con sus ojos tiernos: antes o después estarás en mi puesto....Muda de palabras le replico en silencio: a ti..., yo siempre me adhiero en mis sueños.... Libertad....
Melancolía, melancolía, melancolíaaaaa!!!, decía una y otra vez la niña grande.
-¿dónde se ha metido mi ilusión?, ¿por qué siempre estoy afligida? , ¿por qué ya no me revives?, ¿por qué sigo dándolo todo y siento que soy nada?...
Pero un día la niña grande creció, gracias a su empeño y, lo vio claro y desde entonces,
a la niña grande, ya no le duelen las culpas...
a la niña grande, su mirada ya no la insulta...
a la niña grande ya nadie la compromete, nadie la obliga, nadie la censura...
Y aquella niña grande te mira y te acaricia cuando enmudeces, cuando te desesperas, cuando te lastimas y te sugiere, lucha por tí hasta la muerte.
“Si pudieras despejar todo el espacio en tu mente (se replicaba una y otra vez atormentándose), tendrías una puerta para que el universo entrara a chorros y todo se arreglaría por su cuenta...”
La memoria se volvió selectiva, sólo dejaba aquello que no la incomodaba, pero al final se convirtió en un retiro, ahora quedaba lejos de sus pensamientos todos aquellos recuerdos de su infancia, su juventud... Por mucho que se esforzaba la sensación era que otros habían vivido su vida por ella.
Como hacer para no sentir desarraigo, para no sentir que todo a su alrededor se volvía tosco, como niebla espesa en medio de la tarde....
La solución llegó bien pronto a su mente, tan sólo tenía que seguir el esquema de los últimos días, centrarse en lo que deseaba con esperanza, no mirar atrás y no atribuirse méritos, de esta forma lograría lo deseado, la libertad espiritual y la desnudez de su alma...
El ojo que todo lo ve
no descansa,
quizás intenta girar la mirada y disimular su desidia..,
pero no puede, el dolor que siente es apreciable..... tanto es así,
que las lágrimas que de él brotan sorprenden
hasta al mas obtuso que viva en los confines de este mundo...
El ojo que todo lo ve te pide que le sigas,
que le ayudes a etiquetar la injusticia, que ayudes a beber de la bondad
a aquellos que sin justa medida atropellan el interés de la moral.
El ojo que todo lo ve...¿cuándo podrá descansar?....
Cansada de pensar...,
tumbada en mi nube de tristeza...
Tarde lánguida y lenta...
Escucho sonidos, veo imágenes, suplico silencio....
Cierro la ventana del alma.... que no se resfríe la memoria....
La cura no llega...balada sin sentido en la mente...
“Hasta mañana” comenta la tarde extraviada...
y yo paro el ciclo de mi vida...
Naufragio en el mundo de los vivos...
A la deriva...., soledad encontrada....angustia del más acá...
Llanto callado en la tarde fría.... silencio incómodo...
Acordes de un recuerdo ya lejano...
Y seguir estando aquí a la espera....
A lo lejos se atisba una luz, tenue pero inquieta...
Y ella canta al viento, melódicamente desesperada pero en calma...
Esperar...., sólo queda esperar bailando al son de los recuerdos...
El vacío se forjó inmenso, el latido quedó roto...
Sólo una pregunta quedó en el aire ¿hay vida antes de la muerte?..
Tan solo se escuchó un balbuceo, el olor a infancia ahora quedaba lejos...
Signos de longevidad acentuados en un gesto indiferente pero desconsolado...
Mirada distante, labios lívidos...
Sin sentido caminó hacia el mar, allí encontró el refugio, se cubrió de azul y cortó el lazo que le vinculaba a lo que había conocido hasta ahora, y sorprendentemente aprendió a ser feliz en ese mismo instante...
Y me acerqué a ti pintando mi silencio con respuestas,
arco iris primario en la noche abierta, no tardé en sonreír y pedirte audiencia.
Mirada serena, grandes manos abiertas, corazón espinoso, de tal guisa te revelaste.
Pero yo intransigente logré envolverme con tu esencia, pura e intensa y, el hilo de la distancia, nos recompuso y ya nada fue igual desde ese mismo instante, como un soplo huimos en la noche iluminada por estrellas radiantes...
Reunir la suficiente valentía y marchar lejos,
pero la presencia de todo lo sucedido era penetrante.
El sufrimiento creó una cadena de gran peso...
Se sentía absurda, repugnante, mugrienta..
Aturdida lloraba desconsolada, sin sentir aliento al hacerlo...
Ahogada por la pena logró levantarse y tras unos segundo emprendió la marcha..
¿qué podría perder después de aquél episodio?...
Y volver... Retomar el contacto,
cuán difícil es!!!.
Sentir que el lazo de unión se quiebra por momentos
y, no saber como volver a vincularme,
para que esa pequeña parte de mi vuelva a serenarse,
sin dejar a un lado los sentimientos más temerarios...
Reviví aquel instante mirando hacia abajo y con los ojos entreabiertos,
me dejé llevar por el vaivén del coche, apoyé la cabeza en la ventanilla
y cerré los ojos...
De pronto lo sentí, fue una sensación intensa, penetrante, agónica....que me ahogaba pero no podía abrir los ojos....
Me dejé llevar y el alma de mis pies flotó en silencio, nadie lo percibía pero, me estaba marchando....
Me dejé llevar y ya no sentía el frío cristal de la ventanilla....
Me dejé llevar y con la sonrisa a cuestas los miré, vi sus caras, cada uno reflejaba pensamientos que ya no me importaban....
Me dejé llevar y les acaricié suavemente apagando la torpeza de sus mentes....
Me dejé llevar y también me los llevé...La unión fue pulcra, bailando al son del trenzado de almas, ya no había de que preocuparse tan sólo había llegado el momento..
Si de mí dependiera al otro extremo correría,
si de mí dependiera como el aire me desdibujaría,
si de mí dependiera mi voz se apagaría,
si de mí dependiera mis manos descansarían,
si de mí dependiera la libertad traería,
Si de mí dependiera del horizonte me colgaría.
Pero como de mí no depende, seguiré aquí observando en mi distancia,
anulando nudos de garganta,
marcando espacios transparentes,
y porque de mí depende....,
volveré una vez más hasta que la noche lo decida...
La noticia la superaba,
se paró el tiempo y nada en su garganta,
Él ya no regresaría,
y como novia ensangrentada quedó muda,
gélida y eso que lo sospechaba,
pero su mente abierta la incordiaba:
“vete ahora que puedes, huye hacia tu alma,
rebusca entre el fuego y calienta tu mirada,
ya no esperes... que te apagas!!”..
A la pobre niña le rompieron las alas.
Les miraba....cada movimiento abría una herida en ella.
A la pobre niña no le quedaban lágrimas,
Sólo fuego en los ojos y tristeza en la mirada...
Su andar era torpe, y cuanto más se acercaba más se alejaban.
A la pobre niña nada la ilusionaba,
La alegría ahora ¿dónde estaba?,
Y es que a la pobre niña, le castraron el alma, con crudeza acentuada....
