sábado, 13 de julio de 2013

Flores en el viento...

Las almas gemelas se reencuentran en el precipicio de la vida, como flores atraídas por la brisa... Se vinculan para siempre y devoran las horas recordando los pequeños detalles que las hacen brillar. Si alzas la mirada podrás ver, en el cielo de una noche de verano, palpitar a todas aquellas almas que han dejado atrás la distancia y que han enlazado sus cuerpos, retorciéndolos sin dolor en una unión enigmática y silenciosa, porque no se necesitan palabras para expresar tanto amor...

Mundo aparte...

La curiosidad le condujo hacia las afueras de su mundo circular... Con su andar ágil pero potente, volvería a parar las agujas del reloj insistiendo en que debía ver en que estado había dejado aquel mundo de juventud grata e inocente. Al acercarse hasta la otra orilla, se sintió emocionada con el corazón encogido y como una melodía lejana se dejó llevar olvidando por un momento todo lo que había construido durante el camino recorrido...

Testigo de mi tiempo...

Siento que has guardado entre tu piel de roca, todos los recuerdos de este pueblo marinero. Tu perfume a mar abierto, atraído por la brisa, me enloquece y, sin embargo no paro de observarte, erguido, orgulloso de sus gentes y aunque quebrado por el paso de los años y los vaivenes, sigues ahí aguantando sin dolor cada partida, cada cambio inevitable entre los tuyos. Por eso y mucho más te llevo dentro, porque tu fuerza me contagiaste... A mi querido DEDO DE DIOS - PUERTO DE LAS NIEVES- AGAETE.

Sin demora...

La balanza se inclinó temerariamente y sin ningún esfuerzo. Ella había aportado demasiado durante mucho tiempo y resultaba aparentemente insignificante todo aquel esfuerzo. El ego del artista así como su desconsuelo, no dejaba tiempo para más. Mientras, la modelo le miraba desde el otro lado intentando llamar su atención de otro modo, sin ser un objeto que plasmar en aquellos lienzos que lloraban otras ausencias. Ella con sus ojos del color de la tierra fértil y rojiza, buscaba la mirada perdida entre aquellos ojos deseosos de respuestas, deseosos de algo que creía no poseer y, sin embargo, no era consciente de que lo llevaba tatuado. Su ceguera mental, le había pasado factura y ahora creía que todo estaba lejano y borroso como en un sueño. "No te demores en despertar, querido pintor", susurraba ella, "aún tienes el olor del arte entre tus manos y tu amor está impregnado en él, no lo dejes escapar o dejarás morir tu esencia"...