A la pobre niña le rompieron las alas.
Les miraba....cada movimiento abría una herida en ella.
A la pobre niña no le quedaban lágrimas,
Sólo fuego en los ojos y tristeza en la mirada...
Su andar era torpe, y cuanto más se acercaba más se alejaban.
A la pobre niña nada la ilusionaba,
La alegría ahora ¿dónde estaba?,
Y es que a la pobre niña, le castraron el alma, con crudeza acentuada....
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