domingo, 13 de enero de 2013

Apelando...


Apelando a mi deseo ferviente de poder amarte, dibujo mil besos en la profundidad de tu presencia intocable...
Como un barco sin dueño me dejo llevar por la esperanza y la corriente mantiene el rumbo quejumbroso de la soledad carnal...
El contacto surge a través de sonidos de amor, de relatos cortos, de respiración entrecortada, de risas incansables...
Rebeldía intensa cada día en mi cuerpo...
Mi fiel amigo el mar me habla en las noches frías. 
Llegará el momento y el reloj de arena dejará de filtrar cada molécula de su tiempo y seremos almas que consumarán sus anhelos...

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