Frágil vida...

Las garras del dolor querían apoderarse de ella, pero aunque su debilidad física era más que latente, abrió los ojos y con la ayuda de su fuerza mental se abalanzó hacia la luz en busca de la liberación. Por un momento, mientras flotaba sintió que se desprendía de su mal audazmente. La llamaron cínica por poner su frágil vida en manos del oxígeno que sentía que le faltaba. Cada parte de su cuerpo se expresó iniciando el desgarro de los filamentos que la ataban desde años atrás. Comenzó a cortar, con extrema valentía, la angustia de cada trozo de su piel, mitigando el dolor que la torturaba costantemente. Para entonces ya se había liberado de la mitad de su ser, autodestructivo y cobarde, y comenzó a andar ligera, sin lágrimas, por un camino estrecho protegida sólo por la nueva piel que la cubría y con la esperanza de volver a experimentar y descubrir la vida sin dolor...