miércoles, 5 de junio de 2013

Todo y nada...

Dejó que sonara una y otra vez aquella melodía, mientras observaba pensativo que hacer con la llamada. Todo y nada había cambiado... Se esfumó el tiempo lejano y perdido... El calor volvió a su cuerpo, sintiendo el puñal de la esperanza en su esternón, como si alguien lo sujetara por las entrañas y lo empujara hacia el abismo de los sentimientos. El vínculo entre ambos era imborrable e incansable. Dos almas que buscaban la libertad el uno en el otro, pero que sufrían los ultrajes del camino diario, viciando sus cuerpos cristalinos, deseosos de indulgencia, deseosos de dulzura constante...

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