miércoles, 5 de junio de 2013

Mariposa dorada...

De puntillas se acercó a la ventana, ataviada con un suave vestido de seda mientras escuchaba la melodía que inspiraba su silencio enternecedor. A lo lejos pudo divisar, en la penumbra del ocaso, una silueta que le resultaba familiar, fijó su mirada ámbar con más interés y descubrió al caballero de las pasiones... Era un hombre místico, visualmente halagador que siempre conseguía hacerla sentir como una mariposa dorada, atrapada dulcemente entre luces de colores... Esta vez no dudó, descalza y sin abrigo corrió a su encuentro bajando las escaleras casi flotando... Se paró frente a él y acariciando su suave rostro le indicó el camino hacia la felicidad...

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