sábado, 4 de mayo de 2013

El alma inquieta...

Por un momento el péndulo tomó la forma de un alma inquieta, girando sin temor alrededor de los sueños del mundo. Buscaba, cauteloso y en silencio, tu misterioso paradero dentro de este planeta casi esférico. Vueltas y más vueltas, era el destino de mi péndulo eterno, atado a un cordel indestructible cuya energía se concentraba en su color rojo fuego. Poco a poco el círculo se centraba en un espacio algo diminuto pero con la respuesta hallada.... Ahora cerraré mis ojos y viajaré entre nubes de verano a través del ocaso y alcanzaré a sentir tu existencia cuando el sol me permita descubrirte con su luz vital...

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