domingo, 10 de febrero de 2013

Nuevas horas....

Cerré los ojos y el destello de la luz reflejada en el café traspasaba mis párpados, aumentando las sensaciones placenteras que me producía cada sorbo de aquella bebida enigmática, era el estabilizador de cada una de mis mañanas y tardes. Abrí de nuevo los ojos y ahora me sentía más relajada como acariciada por el secreto de la vida, mis labios esbozaban una sonrisa que perduró minutos y dejé que me inundara esa sensación de placidez por todo mi ser, me sentí flotando, inmune a todo sonido, audaz en mi silencio y la energía comenzó a fluir desde mis entrañas poseyéndome fuertemente.... Estaba preparada para recibir el regalo de mis horas de vida....

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