Caminando sin prisa Sweet Lady se encontraba en la cumbre de su silencio. Los pensamientos la rodeaban alzándola en una torre de marfíl casi impenetrable. Parecía que todo seguía igual pero, tras el último episodio, potencialmente destructivo, decidió confiar más en ella y cortar el lazo mental de aquella novela que no encajaba en ninguna parte de su historia... Había comprobado que aquella persona que perpetuó en su mente durante décadas,
era un bohemio que buscaba su filón para encarnar el arte que llevaba en sus entrañas, que no aceptaba la monotonía, que necesitaba ilusionarse constantemente. En definitiva una esencia de libertad a medias entre lo mundano y lo incognoscible. Volviéndose inasequible para todos aquellos que se acercaban más de lo que él consideraba. Las puertas de su alma solo se abrían para sus mujeres, aquellas que eran carne de su carne... La complicidad que creyó compartir fue sólo un espejismo creado por circunstancias desacertadas. Ahora Sweet Lady, no quería más esa esencia que mortificaba los pensamientos de cada una de sus obras. Había comprobado, tras bajar hasta lo mas profundo de aquel foso, que no merecía más la pena y al pensar en cada una de esas palabras comenzó a despejar su mente y de nuevo regresó a ella la ilusión dormida pero, esta vez sin pesos, la mochila que cargó durante muchos años la dejó atrás...Sweet lady crecía de nuevo....
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